- Volumen creciente
- Líneas ascendentes
- Enfasis en notas de paso (notas no pertenecientes a la escala/acorde)
- Registro extremo del instrumento
- Intervalos amplios (especialmente ascendiendo)
- Repetición (de casi cualquier cosa)
- Direcciones alternadas
- Articulaciones
- Notas ajenas al acorde (cuartas, sextas, séptimas y novenas)
- Elementos dramáticos (glissandos, trinos, barridos, etc.)
- Armonía disonante
ELEMENTOS QUE PRODUCEN REPOSO:
- Volumen decreciente
- Líneas descendentes
- Notes de larga duración (negras, blancas, redondas)
- Espacios
- Suavidad (legato)
- Enfasis en las notas del acorde (tónica, tercera, o quinta)
- Silencio
- Armonía consonante
En manos de un improvisador experimentado, cualquiera de estos elementos pueden causar tensión o reposo. Por ejemplo, pueden comenzar su línea melódica en el registro alto muy suavemente y gradualmente ir incrementando el volumen mientras se dirigen hacia el registro bajo. Llegado este momento habrán logrado un climax determinado.
Finalmente, los instrumentistas deberían saber anticipadamente hacia dónde desean llevar sus líneas melódicas y, con el uso adecuado, los variados elementos de que disponen los ayudarán a lograr este objetivo. El individuo es el manipulador de todos estos elementos. Escuchar y emular pueden ser los mejores maestros.
Cierren sus ojos mientras improvisan. A menudo, esto estimulará el flujo creativo. El humor puede también lograr lo mismo.
(Tomado del libro de Jamey Aebersold "How to play Jazz and improvise")
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