El guitarrón chileno es un instrumento musical de cuerda cuyo origen se remonta al menos a los comienzos del siglo XVII y que corresponde a uno de los instrumentos más representativos de la tradición musical chilena, en estrecha relación con el Canto a lo Divino.
Generalidades:
El guitarrón chileno es un cordófono de 25 cuerdas, cuyo origen quizá se remonte a las postrimerías del siglo XVI. Se lo utiliza para acompañar el Canto a lo Poeta, junto al cual se ha desarrollado. Es el instrumento musical preferido de payadores y cantores a lo divino, seguido de la guitarra traspuesta y el rabel. Aunque su nombre pueda sugerir que se trata de un instrumento derivado de la guitarra, su diseño, afinación y modo de ejecutar lo emparentan más con los cordófonos renacentistas y barrocos, sobre todo con la vihuela y algo menos con los archilaúdes.
Para muchos éste es un instrumento genuinamente rural, aunque en los últimos años haya vivido una recuperación de su práctica y construcción en zonas urbanas.
Si bien se le usa mayormente para acompañar entonaciones de versos a lo humano y lo divino, sirve también como intérprete de cuecas, tonadas, valses y polcas. Su carácter solemne, su renombrada antigüedad y la belleza de los recursos sonoros que posee, lo han convertido con los años en un perfecto acompañante para actividades ceremoniales, llevándolo desde las ruedas de cantores hasta las Misas en que va apareciendo cada vez con más frecuencia.
Diseño:
El guitarrón chileno es un cordófono de 25 cuerdas, cuyo origen quizá se remonte a las postrimerías del siglo XVI. Se lo utiliza para acompañar el Canto a lo Poeta, junto al cual se ha desarrollado. Es el instrumento musical preferido de payadores y cantores a lo divino, seguido de la guitarra traspuesta y el rabel. Aunque su nombre pueda sugerir que se trata de un instrumento derivado de la guitarra, su diseño, afinación y modo de ejecutar lo emparentan más con los cordófonos renacentistas y barrocos, sobre todo con la vihuela y algo menos con los archilaúdes.
Para muchos éste es un instrumento genuinamente rural, aunque en los últimos años haya vivido una recuperación de su práctica y construcción en zonas urbanas.
Si bien se le usa mayormente para acompañar entonaciones de versos a lo humano y lo divino, sirve también como intérprete de cuecas, tonadas, valses y polcas. Su carácter solemne, su renombrada antigüedad y la belleza de los recursos sonoros que posee, lo han convertido con los años en un perfecto acompañante para actividades ceremoniales, llevándolo desde las ruedas de cantores hasta las Misas en que va apareciendo cada vez con más frecuencia.
Diseño:
Está construido de madera y, como en la mayor parte de los cordófonos derivados del laúd y la vihuela, podemos distinguir cuatro secciones en su construcción:
Clavijero o pala. Pesado y muy largo, su tamaño le permitir dar sostén a 21 cuerdas con sus clavijas. A veces se adorna con tallados.
Mástil o mango. Más ancho que el de la guitarra, aloja por lo general 8 trastes. Hoy dispone de una entrastadura metálica pero en los modelos más antiguos era de tripa movible tal como se practicaba en el Renacimiento, es decir, varias cuerdas se torcían juntas y se hacían pasar por un par de muescas a cada lado del mástil, para luego atarse formando una trenza o chapecao en el dorso del mango.
Cuerpo o caja. En su construcción más tradicional la caja es de menor tamaño que la guitarra actual pero de mayor altura. De forma avihuelada, ostenta una boca sencilla aunque algunos ejemplares muestran rosetones decorativos. Resulta llamativo el puente, que dispone de extensiones vistosas llamadas puñales que amplían su sustentación en la tapa. También son notables los clavijeros auxiliares a cada lado del mástil, que tensan cada uno un par de cuerdas agudas (diablitos).
Encordadura.
Está conformada por cuerdas metálicas o alambres y por cuerdas entorchadas o bordones. Tal como en los instrumentos europeos mencionados previamente, estas cuerdas se agrupan en órdenes u ordenanzas, aunque con mayor número de cuerdas por grupo. En el mástil se cuentan 5 órdenes de entre 3 y 6 cuerdas, cada orden afinado al unísono o en octavas. La afinación es en intervalos de cuarta salvo entre el II y III orden en que corresponde a una tercera. La característica más distintiva del guitarrón es la de los diablitos o tiples, cuatro cuerdas agudas dispuestas fuera del mástil, desde los clavijeros auxiliares de la caja hasta los costados del puente y que pueden hacer recordar a las tiorbas.
Clavijero o pala. Pesado y muy largo, su tamaño le permitir dar sostén a 21 cuerdas con sus clavijas. A veces se adorna con tallados.
Mástil o mango. Más ancho que el de la guitarra, aloja por lo general 8 trastes. Hoy dispone de una entrastadura metálica pero en los modelos más antiguos era de tripa movible tal como se practicaba en el Renacimiento, es decir, varias cuerdas se torcían juntas y se hacían pasar por un par de muescas a cada lado del mástil, para luego atarse formando una trenza o chapecao en el dorso del mango.
Cuerpo o caja. En su construcción más tradicional la caja es de menor tamaño que la guitarra actual pero de mayor altura. De forma avihuelada, ostenta una boca sencilla aunque algunos ejemplares muestran rosetones decorativos. Resulta llamativo el puente, que dispone de extensiones vistosas llamadas puñales que amplían su sustentación en la tapa. También son notables los clavijeros auxiliares a cada lado del mástil, que tensan cada uno un par de cuerdas agudas (diablitos).
Encordadura.
Está conformada por cuerdas metálicas o alambres y por cuerdas entorchadas o bordones. Tal como en los instrumentos europeos mencionados previamente, estas cuerdas se agrupan en órdenes u ordenanzas, aunque con mayor número de cuerdas por grupo. En el mástil se cuentan 5 órdenes de entre 3 y 6 cuerdas, cada orden afinado al unísono o en octavas. La afinación es en intervalos de cuarta salvo entre el II y III orden en que corresponde a una tercera. La característica más distintiva del guitarrón es la de los diablitos o tiples, cuatro cuerdas agudas dispuestas fuera del mástil, desde los clavijeros auxiliares de la caja hasta los costados del puente y que pueden hacer recordar a las tiorbas.
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